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Agustín Soler Gálvez
El presidente de la Junta de Personal de la Ciudad de la Justicia, Agustín Soler, es un insigne pintor que descubrió su vocación hace una década pero que ya ha realizado cuadros tan importantes como los de las hermandades de gloria, la Fiesta de la Biznaga, la Semana Santa de Alhaurín de la Torre y la salida extraordinaria del Chiquito
Nunca es tarde para empezar nada. Es ésta una frase hecha cuya veracidad se renueva una y otra vez en el fuego y la lucha de los días. Jamás es tarde para el arte. Siempre es temprano. Eso es, al menos, lo que debe pensar Agustín Soler Gálvez, un tipo que siempre anda sonriendo y que, entre otras cosas, preside la Junta de Personal de la Ciudad de la Justicia de Málaga representando a más de un millar de compañeros. Pero no sólo se dedica a eso. Soler es un cada vez más apreciado pintor que descubrió su vocación en 2005, cuando contaba con 49 años, y que desde entonces ha crecido tanto como artista que ha ejecutado cuadros cada vez más importantes: forman parte de su haber el cartel de la Semana Santa de Alhaurín de la Torre de 2013, el de las hermandades de gloria de 2014, el de la XXXVII Fiesta de la Biznaga y el último que ha efectuado, que sirve para anunciar la salida extraordinaria de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, el Chiquito, el próximo 20 de junio, con motivo del siglo y medio de vida de la cofradía perchelera y de su primera salida procesional, entre otros.
La explicación de cómo dio con su vena pictórica resulta sorprendente. Funcionario de justicia desde 1981, con 34 años, se dedicó a estudiar: hizo Derecho, el Doctorado y Criminología y concluyó que ahí se quedaba. «Mi mujer me dijo que me fuera a pintar, seguro que tú sabes». Corría 2005, así que se dirigió a los talleres del Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre y llegó «con las manos en los bolsillos». La profesora le dio a elegir el primer dibujo de su vida. Él cogió una lámina de una casa y la hizo a lápiz. «Cuando lo vio no se lo creía». En esas clases empezó a pintar a pastela, a acuarela y, en abril de ese año, su primer óleo. En septiembre de 2006 llegó a la academia de bellas artes Ruiz-Juan, su maestro. «Ahí doy el salto cualitativo, él empieza a guiarme y hasta hoy he llegado. Mi formación se la debo a él, aunque no la he terminado por los carteles».
La primera exposición la hace en la finca El Portón. «Nos dimos cuenta de que no podíamos enseñar los cuadros, por lo que montamos una asociación de pintores que se llama Arte21 y en 2010 nos cedieron una sala en el centro ciudadano de la calle Trinidad; allí expusimos hasta 2012». Soler preside el colectivo, que ya ha llevado sus muestras por el Distrito Centro, la Ciudad de la Justicia, el Distrito Este, etcétera…
Su especialidad se encuadra en el realismo figurativo. «Lo primero que pinté fue una casa. Me dio unas láminas la profesora y me dijo coge una que te guste. Vio la dificultad pero le gustó. He pintado de todo: paisajes, bodegones, marinas, calles, personajes urbanos y figuras», relata. Le queda el reto de los retratos.
Sin embargo, llega a la pintura litúrgica por sus conocimientos, puesto que es miembro de la junta de gobierno de la Misericordia, vocal del coro litúrgico, y consejero de la Pollinica de Alhaurín de la Torre, además de hermano del Carmen y del Monte Calvario Coronada.
En 2013 empezó a hacer sus mejores obras: la primera fue la del cartel de la Semana Santa de Alhaurín de la Torre. A partir de ahí, le fueron llamando para empresas cada vez mayores, obras que siempre ejecuta en el taller del maestro Ruiz-Juan. «Luego me surgió la 37 Fiesta de la Biznaga, y el expresidente de las hermandades de gloria Sebastián Martín Gil lo ve y me encarga el cartel de 2014», reseña.
«Pinto cuando puedo. Por gusto, porque me divierte, como forma de comunicarme. Soy muy activo, me meto en todos los charcos y a veces me salpica barro», concluye Soler.
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